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lunes, 21 de enero de 2008

Calladito se ve... menos feíto.

En nuestro País México se lleva a cabo el simposium de derecho canónico denominado "Sanciones para algunos delitos imputables a clérigos según el derecho canónico y civil" organizado por la Universidad Pontificia de México al cual no asistió el señor Norberto Rivera quien ostenta el cargo de arzobispo primado, pero tuvo la iniciativa de enviar un mensaje escrito en el que expresa lo siguiente: "Los delitos como son la corrupción de menores, hostigamiento sexual, abuso sexual, estrupo, violación, cometidos por algún clérigo deben ser considerados delitos gravísimos que provocan la pérdida de confianza en la relaciones humanas y tienen consecuencias devastadoras para la persona dañada, su familia, para la Iglesia y el propio clérigo". El propio Norberto Rivera está en medio de un proceso judicial por su presunto encubrimiento al sacerdote Nicolás Aguilar a quien protegió y envió a la diócesis de Los Angeles E.U. pese a las múltiples acusaciones en su contra por abuso sexual. Por otra parte, en documentos periodísticos consta la indiferencia que mostró ante acusaciones contra Marcial Maciel, fundador de los legionarios de Cristo y su renuencia a investigar el caso. ¿Con qué autoridad moral se pone a dar consejos el señor Rivera?

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