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miércoles, 23 de diciembre de 2009

Matrimonio y adopción







COLUMNA INVITADA

Matrimonio gay
Por Sergio Sarmiento

"Tal perversión no es más que soberbia".

Cardenal Norberto Rivera


Es muy común que los regímenes autoritarios violen los derechos de las minorías sólo porque hacerlo resulta popular entre las mayorías. Mantener la prohibición al matrimonio entre homosexuales es una posición popular porque la mayoría de los mexicanos no son homosexuales y piensan que esta preferencia es una perversión. La pregunta correcta que se debe hacer una sociedad moderna, sin embargo, no es si la gente está de acuerdo con el matrimonio entre homosexuales, sino si éste genera algún daño a terceras personas. Y la respuesta es que no.

Ante la ausencia de daños a terceros, no tiene sentido mantener la prohibición sobre los matrimonios entre homosexuales. El gobierno no debe tener el poder de obligar a una persona a contraer matrimonio, pero tampoco el de impedir que dos personas lo hagan sólo porque son del mismo sexo. El matrimonio es un simple contrato civil que implica el compromiso de mantener una relación duradera con ciertos derechos y obligaciones. La Iglesia tiene, por supuesto, derecho de restringir los matrimonios religiosos, pero un Estado laico no tiene por qué asumir como propias las posiciones de la Iglesia.

Más controvertido puede ser el tema de la adopción de niños por parejas homosexuales. Si hubiera alguna indicación de que estas adopciones generan daños psicológicos o físicos a los niños, podría uno entender la resistencia. Sin embargo, no hay ninguna señal en ese sentido. De hecho, la poca información confiable sobre el tema que he podido ver sugiere que los hogares homosexuales son tan buenos, respetuosos y estables como los heterosexuales, y con frecuencia mejores.

Muchos niños y niñas crecen en hogares heterosexuales bajo abusos constantes. También hay casos de abuso de niños por sacerdotes o maestros. Pero eso no hace que prohibamos la adopción de niños por parejas heterosexuales o el contacto de niños con sacerdotes o maestros. Lo que castigamos son los abusos mismos, sin discriminar a grupos de personas por los abusos que pueda haber cometido algún individuo. El mismo criterio debe existir en el caso de las parejas homosexuales que quieran adoptar un niño.

Estoy convencido de que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal ha hecho lo correcto al aceptar no sólo el matrimonio entre homosexuales sino el derecho a adoptar a niños, el cual no estaba restringido hasta ahora en el código civil del Distrito Federal o de ningún lugar de la República.

El matrimonio debe ser una relación a la que entran los miembros de una pareja de forma consensual porque desean compartir su vida. Que el gobierno quiera impedirlo por razones moralistas, porque piensa que la única relación correcta es la que establece la Iglesia Católica, es una medida autoritaria que viola los derechos individuales de una minoría.

Hasta donde sabemos, la homosexualidad es una inclinación amorosa que ha existido desde el principio de la humanidad. Algunos de los personajes más brillantes de la historia, desde Sócrates hasta Oscar Wilde pasando por Miguel Ángel y Leonardo da Vinci, han sido homosexuales. Muchos más lo han sido sin que se supiera debido a la discriminación que podían sufrir por su preferencia sexual. Los moralistas no pueden seguir insistiendo en que las relaciones homosexuales no son una parte natural de las comunidades humanas.

Si las parejas estables de homosexuales quieren contraer matrimonio, no hay por qué prohibirlo. Y si quieren adoptar niños, tampoco veo razón para impedirlo.










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2 comentarios:

Pepe dijo...

El detective fumó su pipa y exhalo el humo que se perdía en la atmósfera cargada de aromas agridulces clásicos de un mercado.
-Watson que opina usted? -preguntó el investigador.
-Yo... este, Yo, pero está seguro de que quiere mi opinión?
-Afirmativo Doctor, su opinión podría ser la clave de este asunto.
-Sherlock, por favor, mi opinión puede resolver el caso?
-Mi querido Watson, hemos compartido un sin numero de aventuras y creo firmemente que tenemos que llegar a dar ese paso, o no lo cree así?
El detective se le puso de frente y le sonrió.
Watson desabrochó el cuello de la camisa, pues el calor aumentaba dentro de aquel mercado.
-Puedo dar mi última opinión, querido amigo?
-¡Es lo que estoy esperando Amigo entrañable!, respondió el investigador que guardaba su pipa en un estuche de piel.
-Bien, bien, es una desición difícil y fácil, en este lugar...bueno pero cualquier otro también funcionaria no es así Sherlock, -
-Necesito su desición ya!
Watson ruborizado solo pudo levantar la mano y señaló.
El detective sonrió y aproximandose a la criatura la levantó y le dio un beso.
-¡Elemental mi querido Watson, escogió el mismo que Yo hubiese escogido!
Los dos compañeros se retiraron del lugar pero los acompañaba ahora un alegre cachorro de bull dog.

Pepe dijo...

El detective fumó su pipa y exhalo el humo que se perdía en la atmósfera cargada de aromas agridulces clásicos de un mercado.
-Watson que opina usted? -preguntó el investigador.
-Yo... este, Yo, pero está seguro de que quiere mi opinión?
-Afirmativo Doctor, su opinión podría ser la clave de este asunto.
-Sherlock, por favor, mi opinión puede resolver el caso?
-Mi querido Watson, hemos compartido un sin numero de aventuras y creo firmemente que tenemos que llegar a dar ese paso, o no lo cree así?
El detective se le puso de frente y le sonrió.
Watson desabrochó el cuello de la camisa, pues el calor aumentaba dentro de aquel mercado.
-Puedo dar mi última opinión, querido amigo?
-¡Es lo que estoy esperando Amigo entrañable!, respondió el investigador que guardaba su pipa en un estuche de piel.
-Bien, bien, es una desición difícil y fácil, en este lugar...bueno pero cualquier otro también funcionaria no es así Sherlock, -
-Necesito su desición ya!
Watson ruborizado solo pudo levantar la mano y señaló.
El detective sonrió y aproximandose a la criatura la levantó y le dio un beso.
-¡Elemental mi querido Watson, escogió el mismo que Yo hubiese escogido!
Los dos compañeros se retiraron del lugar pero los acompañaba ahora un alegre cachorro de bull dog.